Abstract:
El tamaño de los poderes legislativos es, dentro de las democracias representativas contemporáneas, un modulador fundamental del sistema electoral. Más aún, en sistemas donde lo que prima son las fórmulas electorales de carácter proporcional –fórmula Hare, Hare Modificado, D’Hondt, entre otras- en la elección de los legisladores, como es el caso costarricense, y en general, en toda América Latina. Siendo así, se parte de dos premisas básicas: en primer término, un parlamento con mayor número de integrantes se traduce en que el sistema electoral realizará una repartición más adecuada de diputaciones por partido político; y, en segundo lugar, esta proposición se complementa defendiendo que en los poderes legislativos donde la relación de proporcionalidad entre representante-representado, es decir, el número de habitantes que representa un legislador muestre mayor proximidad, expresará una tendencia a una mayor calidad en la democracia. A partir de estas premisas, se vislumbra el fin de este artículo el cual estudia primeramente la perspectiva teórica del tema, para después profundizar en el abordaje contemporáneo con detalle en el caso costarricense. Ello mediante un estudio al artículo 106 de la Constitución Política y un abordaje comparativo con la región latinoamericana.