Abstract:
La democracia en Costa Rica mantiene importantes reservas de apoyo, pero es evidente que las principales instituciones de representación política del país han experimentado pérdidas considerables de confianza o legitimidad y en los niveles de tolerancia política. Hay un desfase entre la Costa Rica de los acelerados cambios sociales y la Costa Rica política aferrada a esquemas de representación cuestionados y rebasados por esos cambios. Esta situación plantea claramente retos o desafíos por superar para la constitución de una representación política reformulada, incluyente, participativa (característica no contradictoria con la representación) y plural, en virtud de una sociedad que es muy diferente al pasado y que demanda una democracia fundamentada en la deliberación y en el ejercicio permanente de la ciudadanía. Se imponen reformas al régimen, al sistema electoral y a los partidos, pero también a los espacios de encuentro o diálogo con la sociedad civil. Más allá de la institucionalidad y como base de ella, la sostenibilidad de una democracia “profundizada” (más y mejor) implica una cultura de entendimientos amplios y de acuerdos programáticos que faciliten la convivencia tolerante, respetuosa y constitutiva.