Abstract:
La corrupción está sacudiendo la estabilidad de los sistemas políticos en la región. Los grandes escándalos en los que se han malversado cantidades millonarias del erario nacional representan un desafío sin precedentes para las democracias latinoamericanas. El nuevo “normal” del crecimiento de las economías, muy por debajo del que necesitan los gobiernos para combatir la pobreza y la percepción de que los responsables de la cosa pública están vaciando las arcas del Estado, contribuyen a deteriorar, aceleradamente, la satisfacción de los ciudadanos con la democracia. El uso irregular del dinero en la política se está convirtiendo en el medio más frecuente utilizado en actos de corrupción. La entrega de recursos ilícitos en varias de las campañas electorales en América Latina, particularmente en Brasil, Perú, Guatemala, Colombia, Honduras y El Salvador, entre otros, delató una red transnacional de corrupción que motivó la apertura de varios procesos judiciales. La región continúa al acecho de una práctica que sigue desarticulando las instituciones de la democracia. El artículo presenta algunas lecciones del binomio “política y corrupción” en América Latina, resume el estatus en el Triángulo Norte de Centroamérica y plantea el debate acerca de si conviene dar el tratamiento como acto de corrupción al financiamiento irregular