Abstract:
La realidad social de las mujeres ha estado marcada por procesos de tensión constante relativos a su derecho de participación política. Este campo de análisis posibilita la discusión sobre la configuración de las relaciones de poder en la sociedad y, por ende, la producción y reproducción de condiciones de vida materiales y subjetivas, que subyacen en el desarrollo de la violencia de género, y que a su vez han determinado el surgimiento de movimientos de reivindicación de derechos. Históricamente la emisión del discurso ha sido restringida mediante diversos procesos de exclusión, desarrollados por Michel Foucault en El orden del discurso (1970). Estos se han evidenciado en el continuo impedimento a las mujeres de acceder a puestos políticos, porque la normativa no lo permitía, o bien, porque sectores hegemónicos no desean que las mujeres ocupen dichos cargos y emitan un discurso político, pues ello implica la cesión de una importante cuota de poder. Ante esto, se implementaron acciones afirmativas como la paridad y la alternancia para propiciar el respeto del derecho de las mujeres a ser electas. Dichas acciones evidenciaron que las respuestas normativas requieren también de cambios culturales que problematicen socialmente la violencia de género, y busquen articuladamente su erradicación