Abstract:
La utilización de las nuevas tecnologías se identifica con el progreso de las sociedades, por ello su incorporación al proceso electoral se ha venido considerando como un avance. Sin embargo, la introducción de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) ha generado una serie de cambios que no debería desembocar en un menoscabo de las garantías que rodean el sufragio activo y pasivo. El artículo replantea cuestiones relativas a creación de censos electrónicos, competencias de la Administración Electoral, calificación de quienes la integran, utilización de los medios informáticos en las campañas electorales así como la nueva regulación de las garantías al “e-voto” y el escrutinio.