Abstract:
El uso de recursos económicos es un elemento imprescindible para la competencia democrática. Es innegable; sin embargo, que el dinero es capaz de introducir distorsiones importantes en el proceso democrático, por lo cual regular el financiamiento político es de vital importancia para la preservación de la democracia. Los sistemas
políticos de América Latina en general lo han entendido así, como lo sugiere la profusión de esfuerzos regulatorios intentados en las últimas dos décadas. Por más que sus resultados hayan sido frecuentemente decepcionantes, esa proliferación de esfuerzos es un signo de desarrollo democrático: mucho más consolidadas que los sistemas democráticos en otras regiones, las democracias latinoamericanas están en condiciones de abordar temas de alta complejidad como la regulación del financiamiento político, un asunto irresuelto aun en las democracias más desarrolladas. Este artículo presenta un análisis del financiamiento político en América Latina, en un triple sentido: en primer lugar, de los riesgos que comporta el tema del financiamiento político para la democracia en la región; en segundo lugar, de los distintos instrumentos normativos disponibles y las lecciones -casi siempre tentativas- que enseña la experiencia latinoamericana e internacional sobre sus efectos; en tercer lugar, de algunas reflexiones prácticas para viabilizar las propuestas de regulación y aumentar sus probabilidades de éxito